Uf, qué mal he dormido hoy, pero mal mal. Normalmente me acuesto, me duermo y me despierto a la mañana siguiente tarde y sin enterarme de nada. Me acosté pasada la una sin una pizca de sueño, para intentar remediarlo me metí en la cama con el suplemento de El País de este domingo, lo leí y lo releí, pero el sueño seguía sin aparecer (por cierto, recomiendo el artículo de Javier Marías sobre los muertos, cojonudo). Decidí quitarme las gafas y apagar la luz para ver si llegaba de forma natural, pero nada. Me tapaba y tenía calor, me destapa y tenía frío, qué mal, me medio tapaba y al principio bien pero rápidamente la parte que tenía destapada se me quedaba fría y la tapada con calor. Encendí de nuevo la luz, me puse las gafas y encendí la cadena con Fito y fitipaldis dentro. Me quité las gafas y apagué la luz. Vuelta a empezar. Vueltas y más vueltas. Acabó el cd y mis ojos seguían completamente abiertos. Encendí la luz, me puse las gafas y saqué el discman. Me puse a Antonio Vega. Otra vez más vueltas sin gafas y sin luz, no sé quién daba más vueltas, si el cd dentro del discman o yo debajo del nórdico. Acabó 3000 noches con Marga. Decidí no ponerme más música y simplemente esperar, tapándome y destapándome todo el rato. No sé a qué hora me dormí, pero sé que esta mañana cuando ha sonado el despertador no podía abrir los ojos, me he levantado con ellos cerrados, he apagado el despertador y me he vuelto a la cama, qué agustito estaba, pero me he acordado del libro que tengo que corregir y no me ha quedado más remedio que levantarme. A ver que tal esta noche.
martes, octubre 31, 2006
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1 comentario:
eso es el régimen, que tu cuerpo todavía no se ha acostumbrado a dormir sin su cola cao con sus 16 galletas.
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