En la televisión, una mujer lamentaba tristemente que su blusa se hubiera manchado de chocolate. Se veía muy deprimida, pero luego aparecieron unos puntitos blancos persiguiendo a unos puntitos marrones y ella se mostró feliz. Su blusa brillaba como una sonrisa. Ojalá la vida fuese así, ojalá hubiese un detergente para las manchas de humedad de la tristeza.
Pudor, Santiago Roncagliolo
No hay comentarios:
Publicar un comentario